jueves, 17 de abril de 2008

En la tierra de la Educación

El autor intenta establecer una correlación entre el desarrollo económico y democracia (entre medio incorporando la educación como consecuencia del desarrollo económico). Preliminarmente da algunos ejemplos en el sentido que el mayor producto interno bruto e ingreso per capita, aumentaba correlativamente la estabilidad en general de un país, en la medida que hay más democracia, lo asocia por tanto con un mayor acceso a una educación superior.

Esta es la misma tesis que por lo demás desarrolla el cientista político Adam Przeworski.

Habrían tres explicaciones que se ofrecerían para establecer la relación entre industrialización y desarrollo de democracia liberal.

Una de ella es de Talcott Parsons y sostiene que la democracia como una universal de la evolución, permite que en la sociedad en la que cada vez surgen mayor cantidad de grupos de interés, en una sociedad democrática es posible entonces su desarrollo y convivencia.

El segundo argumento dice relación con que las dictaduras o gobiernos de partido único degeneran en el tiempo y más rápidamente cuando se enfrentan a la tarea de gobernar una sociedad con una tecnología avanzada.

El argumento más poderoso dice Fukuyama, que relaciona el desarrollo económico con la democracia liberal consiste en afirmar que una industrialización con éxito, produce sociedades de clase media y que las sociedades de clase media exigen participación política e igualdad de derechos. Dice "esta amplia igualdad predispone a la gente a oponerse a sistemas políticos que no les respetan o no les permiten participar con igualdad en la política".

Dentro de este mismo argumento la relación entre educación y democracia liberal se ha señalado con frecuencia y parece ser de importancia decisiva.

El tema de la educación sigue también correlacionado también con el desarrollo de la Ciencia, es decir, en la medida que existan mayores libertades individuales que haya menos control, entonces puede la investigación científica llevarse a cabo de manera más amplia.

El tema de la hipótesis de Talcott Parsons sobre que la democracia la resolución de conflictos en la medida que pudieran dialogar, establecer consensos, etc. Esto estaría en entredicho, ya que tal vez es el mejor ejemplo de desarrollo económico y democracia, ya que la integración con los medios es un tema que probablemente incluso está vigente sobre segregación de los blancos por los negros, lo cual claramente no alcanzó a ser resuelto por la democracia, ni por la industrialización.

El caso de Israel tal vez también podría considerarse por cuanto si bien existe un buen grado de democracia, los temas religiosos superan y a veces entorpecen el flujo de la democracia.

Fukuyama plantea que como una democracia no puede traspasar las dificultades o barreras que imponen las diferencias sociales, los privilegios de las oligarquías, que incluso en la democracia puede estar representada en el parlamento, que cuidará sus intereses, el autor plantea entonces que una dictadura puede orientar al país hacia exigencias económicas, provocando profundas transformaciones, que fomentarán la igualdad.

Agrega que el empleo del poder del Estado puede quebrar el domino de algunos grupos sociales establecidos y esto puede ocurrir tanto en la derecha como en la izquierda. Agrega "el capitalismo florece mejor en una sociedad móvil e igualitaria en la cual una clase empresarial ha hecho a una lado a los terratenientes tradicionales y otros grupos sociales privilegiados y otros grupos sociales pero improductivos.

El autor cita el ejemplo de la dictadura que hubo en Perú entre los años 68 y 80, en la cual, antes de ella el 50% de lasa tierras productivas del país estaban en manos de 700 hacendados pertenecientes a la oligarquía. La dictadura comienza aplicando una reforma agraria muy radical, se dice que es la más radical después de Cuba, sustituyendo a esos viejos oligarcas por una nueva y más moderna élite de industriales y tecnoburócratas que expandieron y aportaron a que hubiera mayor igualdad en el país.

Fukuyama plantea abiertamente que sin un dictadura promueve a una sociedad móvil e igualitaria con una clase media empresarial, haciendo a un lado a los terratenientes y grupos sociales privilegiados, le parece es positivo a que abre caminos hacia la economía de mercado y por lo tanto a niveles más amplios de industrialización.

Más allá de estos enunciados lo que el autor está intentando de demostrar es que la democracia no asegura el desarrollo económica y del mismo modo, no necesariamente el desarrollo económico promueve la democracia. En el sentido que en sociedades complejas y diversas este nivel, esta característica, puede darse hasta un cierto nivel pues hasta un cierto nivel es sostenible la democracia pero cuando es demasiado diversa y compleja, la democracia pasa a ser un problema.

Habría un otro argumento que señalaría que la democracia surge por la derivación de la lucha de poder de las élites. De las élites no democráticas, ya sea de izquierda o de derecha. Sería una especie de solución intermedia para que ante la imposibilidad que uno de estos polos o una de estas élites pueda alcanzar el control total. Ahora Fukuyama plantea una crítica precisamente a este segundo argumento dentro de todo es capítulo ya sea que una de las partes literalmente no cree en la democracia, puede que finalmente no sea esto lo que prevalezca. Es decir que no sólo por el hecho que se den disputas es que a partir de allí puedan sembrarse los caminos de la democracia.

El tercer argumento que el autor discute y critica es el que plantea que en la medida que la industrialización va formando una clase media educada, a su vez generan ciudadanos que exigen derechos liberales y participación democrática. Sin embargo esto también sería relativo ya que no necesariamente habría una conexión en ello. Fukuyama siempre vuelve al tema del autoritarismo orientado al mercado. En realidad no cree mucho en la democracia. Señala por ejemplo que jóvenes que iban a estudiar a Estados Unidos creyendo muy fuertemente en el comunismo o en el fascismo como la ola del futuro en las sociedad modernas, eso también estaría asociado a la educación. Tal desde este argumento uno podría pensar en el peso que finalmente tiene el peso de la norma subjetiva y cómo es que lo planteó tempranamente Lazarsfeld, las creencias políticas son difíciles de cambiar, y finalmente la posición laboral, social y económica, muchas veces lleva a estos jóvenes con ideas nuevas de cambio a adaptarse a los viejos esquemas que siempre hayan prevalecido por una élite para la mantención de las diferencias sociales.

El autor plantea una especie de sobrevaloración de la alternativa democrática, al caso incluso que da como ejemplo la dictadura de Pinochet en Chile. De hecho plantea que finalmente la democracia en norteamérica no ha demostrado en los años recientes un alto grado de funcionalidad económica. En el sentido que un régimen democrático debería reflejar las aspiraciones de los distintos grupos de interés en la sociedad, tienden a gastar más en bienestar, a dar desincentivos a la producción, a proteger industrias fracasadas, a mantener grandes déficit presupuestarios y a aumentar la inflación. Piensa entonces en un régimen autoritario, pero orientado al mercado.

Agrega: "los autoritarios orientados hacia el mercado tienen lo mejor de ambos mundos, pueden imponer un grado relativamente elevado de disciplina social, permitiendo al mismo un grado suficiente de libertad para aumentar la innovación y el empleo de las tecnologías más modernas". Por lo menos en esta parte final del capítulo, Fukuyama dice que efectivamente hay una relación entre desarrollo económico y democracia liberal, pero que la relación, dados los argumentos y contraargumentos planteados parece que es más complicada y que habría que buscar entonces en otras partes la crisis del autoritarismo y la evolución democrática mundial.

La victoria del video

La Teoría de la Dependencia habría tenido un efecto corrosivo para impedir que el capitalismo entrara con fuerza en los países latinoamericanos. Entendiendo a la Teoría de la Dependencia como un aporte neomarxista de la región. El principal autor sería el economista argentino Raúl Prebisch, el cual básicamente planteaba que el lento crecimiento de países del tercer mundo era resultado de un orden económico mundial, en el cual las economías de los países más grandes y avanzados han satisfecho y han cubierto las principales necesidades en términos de productos manufacturados, quedándoles al resto de los países, en particular los del Tercer Mundo, solamente la de exportar materias primas. Este las dejaba en un estado de permanente de desarrollo dependiente. La riqueza del norte se hallaba pues ligada a la pobreza del sur.

Señalaba Prebisch que el desarrollo tardío condenaba a un país a un retraso perpetuo, ya que este debía regirse por la manera como funcionaban los mercados mundiales más avanzados obligando a los países del tercer mundo, como decíamos, a exportar productos con bajo grado de procesamiento. El mercado del norte había copado las necesidades con bienes manufacturados, más refinados como automóviles y aviones.

La Teoría de la Dependencia irremediablemente tuvo que ser descartada por un fenómeno que se fue dando en el sudeste asiático en el periodo de post guerra.

El autor se plantea la pregunta de por qué no ha triunfado el desarrollo el capitalismo y se centra en el caso de Latinoamérica. Plantea algunos mecanismos a la base.

Por una parte la variable cultural. Es decir, ciertas prácticas, ciertas creencias que harían que el capitalismo no surja. Indica que más adelante se explayara más sobre este punto.

Lo segundo dice que es una explicación política. Señala que habría una profunda tradición mercantilista local y los sectores estatales, bajo la consigna de la justicia social penetran en todas partes. La idea de un control centralizado de la economía, que queda en manos del Estado y no de los privados y que sería una herencia de la colonia española, que utilizaba el mecanismo del mercantilismo propiamente tal para administrar su territorio en ultramar. Este en buena parte consistía en la extracción y exportación de materias primas de las colonias para la Corona. Posteriormente esta practica se habría reproducido más allá de la existencia del Imperio, replicándose en cada uno de los Estados, esto es, dando facilidades a la aristocracia precisamente para que pudieran mantener sus regalías. Terratenientes generalmente europeos más ociosas, que clase media trabajadora que ya habían aparecido en Inglaterra y en Francia.

Tanto la derecha como la izquierda habrían actuado en consenso respecto a que era importante la intervención del gobierno en los asuntos económicos, lo cual hicieron que inflarán al sector público o recargaran con reglamentaciones al mundo privado. Cita el novelista Mario Vargas Llosa cuando afirma que el liberalismo nunca ha existido en Latinoamérica, lo que se ha dado es una forma de mercantilismo. Se ha dado indica "un Estado burocratizado, pletórico de leyes, que considera la redistribución de la riqueza nacional más importante que la producción de riqueza".

A propósito de la defensa del Capitalismo frente a este neo mercantilismo latinoamericano Fukuyama plantea algunas ideas acerca de qué es lo que plantea el Capitalismo en su visión: Romper las viejas estructuras estatales o reglamentos y burocracias, minar la riqueza, privilegio y posición de las viejas clases sociales, forzándolas a participar en la competencia internacional y liberar las energías creadoras de la sociedad civil.

Para concluir, tanto en el primer como en el tercer mundo los mercados globales se enlazan. Esta perspectiva es tremendamente homogeneizante, es capaz de vincular a distintas sociedades y de "crear decisiones y prácticas paralelas en las sociedades más diversas". Eso si dice, "es muy importante que se adopten los principios del Liberalismo Económico".

martes, 15 de abril de 2008

La acumulación sin fin

Habla de las sociedades post industriales, como siempre ligadas a la contribución que hace la Ciencia. Señala el autor: "La Ciencia natural moderna, es sus formas familiares de innovación tecnológica y de organización racional del trabajo, que serían como los dos grandes aportes, continúa situando el carácter de las sociedad post industriales". Donde tal vez lo que va primando es el rápido avance tecnológico y el uso y la renovación cada vez más rápida y en periodos cortos. Lo que nuevamente va alterando la organización racional del trabajo y la manera como las personas se relacionan en una sociedad post industrial.

No hay bárbaros a las puertas

Se retoma la posibilidad que se de un retroceso en la idea de una historia universal con una sentido.

El autor considera que tal vez una de las posturas más conocidas más importantes son las de los grupos ecologistas que en general promueven la protección de la naturaleza en decremento del desarrollo industrial si es que fuera necesario.

Una segunda posibilidad que plantea el autor es que el planeta se viera afectado por algún cataclismo de la naturaleza que hiciera perder la base física o material del avance que nos ha entregado la Ciencia. Sería posible retroceder se pregunta el autor.

Fukuyama insiste que el dado que el Método Científico está tan permeado prácticamente en todos los grupos humanos en el mundo, del algún modo se recuperaría la manera de hacer, lo cual le permitiría a un Estado su control o dominio militar y a partir de eso recomenzar de nuevo. Es decir que invariablemente la Ciencia otorgaría poder militar para unos respecto de otros.

Si el dominio de la Ciencia natural moderna es irreversible entonces la historia universal y las diversas consecuencias económicas, sociales y políticas son igualmente irreversibles en cualquier sentido fundamental que se las tome. Es decir, el conocimiento, la práctica y la experticia que nos da la Ciencia no nos hace sino llegar a un mismo camino que es de la economía industrial.

La idea de una historia universal

En las primera páginas de esta sección Fukuyama señala que el Cristianismo sería la primera tentativa de crear una historia universal, en la cual todos los seres humanos, por sobre sus diferencias son iguales para Dios y tendrían una historia y destino comunes. Posteriormente la postura más avanzada estaría entre los filósofos idealistas y en la cual sería Emanuel Kant plantea que la historia podría llegar a una final en la medida que la sociedad llegara a un momento en el cual "la realización de la libertad humana estuviese consagrada por leyes externas que vendrían dadas en una constitución". Fukuyama señalaría que para estos idealistas (como Kant), y en función del momento actual de la sociedad ya habríamos llegado a este momento supremo de fin de la evolución de la sociedad humana.

El continuador de la obra de Kant sería Hegel quien pese a todas las críticas que se le habrían hecho, sobretodo en Estados Unidos, el autor habría una adhesión en la ideas de Hegel a la sustentación de la idea de una historia universal y de las ideas de la democracia liberal: "Las naciones de Oriente sabían que Uno era libre, los griegos y romanos sabían que algunos eran libres, nosotros sabemos que son libres absolutamente todos los hombres". Para Hegel, la libertad se materializa en el moderno Estado constitucional o lo que llamamos democracia liberal". La "historia universal, no es otra cosa que la gradual elevación del hombre a la plena racionalidad y a la perfección de cómo esta racionalidad se expresa en el autogobierno liberal". Hegel, agrega habría definido la historia como el progreso del hombre hacia más altos niveles de racionalidad y libertad. Este proceso tendría un punto terminal lógico al alcanzarse la absoluta conciencia de sí mismo. Hegel por su parte creía que la alienación se habría resuelto al llegar al fin de la historia y con la posibilidad del Estado liberal. Marx por su parte continuaba esta reflexión en el sentido que en la sociedad liberales el hombre sigue alienado, porque es el capital es el que se ha convertido en amo y señor del hombre y lo controla. El fin marxista de la historia llegaría sólo con la victoria de la verdadera clase universal, el proletariado y la subsiguiente realización de la utopía socialista global que pondría término a la lucha de clases de una vez por todas. Para concluir Fukuyama agrega que finalmente el fracaso monumental del marxismo, como base de las sociedades del mundo real plantea la cuestión de si el fin de la historia universal de Hegel no era a fin de cuentas en realidad la más profética.

La última historia universal importante escrita en el siglo XX, es la Teoría de la Modernización indica Fukuyama. Básicamente sostiene que el desarrollo industrial sigue un modelo coherente de crecimiento y con el tiempo produce ciertas estructuras sociales y políticas uniformes en distintos países y culturas diferentes.

El progreso de la historia, la historia con un sentido o la historia universal como una progresión hacia estados superiores tendría también su correlato en la Ciencia. Si bien es cierto Thomas Kuhn plantea ideas en el sentido que la Ciencia no sería una progresión lineal que incrementaría su desarrollo en un mismo sentido, desde el punto de vista histórico señala el autor, no implica que haya una vuelta atrás. Un paradigma nueva se sustenta sobre la crítica hacia un paradigma anterior afuera. La Ciencia por tanto bajo esta lógica sería correlativa a esta idea de la evolución de la historia.

Agrega el autor que la primera manera en que la Ciencia natural moderna produce cambios históricos que son direccionales y universales es a través de la competencia militar. Eso le ha permitido también a los países del tercer mundo alcanzar mayor autonomía que la tuvo antes cuando fueron dominados por los europeos precisamente a través del desarrollo directo (indirecto) de la Ciencia en el ámbito militar.

Hay otro efecto que promueven las guerras y es que promueven, el algún sentido presionan a los Estado - Nación a comprometer a todos los miembros de la sociedad a adoptar una posición favorable en el conflicto bélico que sea, promoviendo mayor participación, promoviendo la "unidad nacional", aumentando las formas de participación de los grupos más marginales, de modo que la gente siente o se llegue a sentir comprometida con el proyecto Nación y a defenderlo.

La segunda manera en que la Ciencia natural moderna puede producir cambios direccionales es a través del manejo de la productividad. Este punto lo desarrolla más, tal vez porque tiene que ver más directamente con la actividad económica que el anterior punto. O también dicho las formas del mejoramiento productivo que permite aumentar las ganancias. Impone un horizonte cambiante de posibilidad de maximizar la producción y la ganancia. Lo cual habría permitido en Europa por ejemplo en el siglo XVII que el ingreso per cápita aumentar 10 veces.

La división del trabajo junto con la especialización es un rasgo que se repite en todos los países industrializados sean estos socialistas o capitalistas. Esto también tendría directa relación con el tema de la productividad.

Para concluir este capítulo el autor se plantea en la siguiente ficción, es posible que llegue un momento en que comencemos a retroceder en camino direccional hacia el progreso. Podría la Ciencia retroceder. Podría empezar a degradar este proceso.

La revolución liberal mundial

Plantea que luego de hacer la relación con los estados fuertes, cómo tanto en los autoritarismos de derecha y los totalitarismos de izquierda habían fracasado como conclusión y habrían dado paso al capitalismo, como principal manera en que un país pueda salir adelante. Así lo habría demostrado algunos países asiáticos de la parte sur este, que creció muy rápidamente en la medida que adoptaron estos principios, mientras que en los gobiernos como el de la China comunista veían como quedaban atrás.

Básicamente Fukuyama hace la distinción entre liberalismo político y democracia. Plantea la siguiente definición para liberalismo como "una regla jurídica que reconoce ciertos derechos o libertades individuales respecto al control gubernamental" ya sea utilizando (utilizando la obra de Lord Brice) por una parte los derechos civiles, los derechos religiosos, los derechos políticos, incluyendo además el derecho de la libertad de prensa. En contraste con los derechos que se promoverían en países socialistas, que serían y los denomina de tercera y segunda generación, como el derecho al empleo, la vivienda o la atención sanitaria.

Por otra parte se entiende que la democracia implica el derecho de participar en el poder político, es decir de votar y tomar decisiones, es decir por esta razón señala el autor que el liberalismo ha sido estrechamente asociado con la democracia.

Fukuyama rescata que finalmente que por sobre cualquier otra forma de sistema político, lo que ha prevalecido (en la fecha que plantea sus ideas) ha sido la democracia liberal. En otro momento señala que hay una prueba que hay una prueba fundamental que dicta que hay una tendencia común a todas las sociedades humanas. Es decir que hay una historia universal en marcha hacia la democracia liberal. Finalmente el autor cierra este capítulo enfatizando en su idea de la posibilidad de una historia universal que tendría un sentido de una progresión hacia un Estado mejor y que esto a su vez estaría relacionado con la idea que hemos llegado al fin de la historia. Entendiendo que esta historia universal podría estar guiada por la idea de libertad. En el sentido que el capitalismo (o la economía liberal) y la política liberal serían la culminación de la evolución de las sociedades en el mundo.

La debilidad de los Estados fuertes (II). O Comiendo ananás en la luna

En el caso de Rusia, la crisis final se habría dado básicamente por un problema económico. Después de 1989 en Rusia la sociedad civil comenzó a desarrollarse fuera de los límites del totalitarismo. Agrega la distinción que ya en el período de Brezhnev y Khrushchev ya no se puede seguir hablando de totalitarismo sino post totalitarismo. Indicando que "ya no eran los sanguinarios estados policíacos de los 30, aunque seguían viviendo bajo la sombra del totalitarismo. En los tiempos de Brezhnev se dió una apertura con el surgimiento de grupos de interés dando mayor diversidad a la situación al sistema político.

domingo, 13 de abril de 2008

La debilidad de los Estados fuertes. Una vieja pregunta formulada de nuevo. Primera Parte

Una de las debilidades que tendrían las dictaduras según Fukuyama tiene que ver con el hecho que en una democracia liberal, el Estado es por definición débil, en la medida que interviene menos en la vida de las personas. Ya sea para alcanzar mayor poder militar, para fomentar un orden igualitario o para aumentar el crecimiento económico. Fukuyama señala allí que lo que se pierde en el terreno individual se gana en términos del objetivo nacional. Plantearía entonces una tensión entre un Estado liberal y un Estado fuerte.

Incorpora el concepto de "legitimidad" para indicar que un Estado puede no tener una legitimidad mayormente compartida, pero que sin embargo lo es entre la élite gobernante. El problema con la legitimidad con algunos gobiernos totalitarios de derecha, y para ello da varios ejemplos de Latinoamérica, es su fragilidad. Es decir la pérdida de la legitimidad puede darse de una manera muy rápida.

Cabe agregar que el autor ya que cita ejemplos ocurridos en Latinoamérica no hace ninguna mención respecto a la violencia política, ejercida por los propios Estados, y en particular sobre las violaciones a los Derechos Humanos, todo esto a propósito del tema de la legitimidad. Cabe indicar hasta aquí que tal vez sea valiosa la distinción que hace el historiador chileno Gabriel Salazar entre estabilidad y legitimidad de los Estados. Es decir que la legitimidad de un Estado no sea mayormente compartida implica entonces que ya no es legítima sencillamente y que más bien lo que le queda por defender a la élite gobernante es la estabilidad. Este aspecto puede ser importante cuando se habla de los Estados fuertes, al menos en cuanto a que un Estado fuerte no necesariamente tiene que ser ilegítimo. Si es así, invariablemente la democracia liberal no es sino la única alternativa.

Fukuyama da varios ejemplos de dictaduras latinoamericanas o regímenes autoritarios, por ejemplo Argentina, Perú, Uruguay, en los cuales finalmente se hace entrega del poder a los civiles. En una especie de reconocimiento que la democracia es el camino final o la alternativa última a cualquier intento, aunque venga del autoritarismo, para hacer realidad algún proyecto político para un país. Lo mismo plantea respecto a la situación de sudáfrica con el apartheid (segregacionismo) en el cual los "blancos" tuvieron que darse cuenta que era capaz de sustentar lo que se estaba planteando como un Estado que dejaba fuera a algunos seres humanos en función de la raza. Aparentemente en todos estos casos, con sus diversidades, el regimen democrático sería invariablemente la mejor forma de gobierno que podría escoger un Estado.

Luego de esta exposición el autor plantea la pregunta respecto de los regímenes totalitarios de izquierda que implicaba para ellos un estado fuerte y cuál podría ser su viabilidad a partir de la manera como se han ido dando las cosas.

Otro punto rebatible que plante el autor tiene que ver con el hecho que las dictadura latinoamericanas nunca trataron de aplastar a la sociedad civil, cosa que sabemos de manera bastante concluyente que fue así. No parece razonable pensar que Fukuyama haya estado desinformado más bien parece un sesgo que suele repetirse en este autor para terminar en general presentado su identificación con la derecha política. Sabemos que la persecución política y la tortura fueron practicas sistemáticas, que no fueron excesos o situaciones aisladas. Es decir fueron prácticas basadas en una manera de ver el mundo, inspiradas en la lógica de la guerra fría y ante todo una opción política clara de parte de estas dictaduras. Fukuyama enfatiza que es una situación distinta y tal vez donde si acierta en mayor grado es cuando señala que en el caso del totalitarismo busca ofrecer una visión completa de la vida humana tratando de destruir la sociedad civil completa, lo cual podría ser cierto para las dictaduras de espacio que finalmente no fueron tan "eficientes" por cuanto siempre quedaron espacios institucionales para la resistencia. Tal vez precisamente porque no contaban con una ideología tan perfecta y global. No fueron tan absolutas. Ahora si en cuanto a la amenaza y destrucción del enemigo sí habría.  Agrega, este era el objetivo final del totalitarismo, "no privar de su libertad al nuevo hombre soviético, sino hacerle temer la libertad a cambio de ofrecerle seguridad y reconocerle las bondades de sus cadenas incluso en ausencia de toda coacción". Lo cual nos recuerda la descripción de la desesperanza aprendida de Martin Seligman.

jueves, 3 de abril de 2008

Nuestro pesimismo. Una vieja pregunta formulada de nuevo. Primera Parte

A comienzos del siglo XX se expresaba un marcado optimismo acerca de lo que iba a ser el futuro del mundo, en buena medida por los efectos de las revoluciones de independencia y declaración de derechos universales, los cuales orientaban el devenir próximo como promisorio, menos violento y mucho más humano. Del mismo modo la confianza en la ciencia y la tecnología como medios para avanzar hacia el desarrollo, creaban las condiciones para tener esperanza por el futuro del mundo y la creencia que la historia podía ser entendida como una avance evolutivo a una mundo en paz, en armonía y en donde las dificultades que imponía la naturaleza podían llegar a ser controladas por el hombre.

Con la Primera Guerra Mundial y la devastación ocurrida en Europa este optimismo y esperanza caen ante los hechos. No solo por el hecho de la guerra, sino además por nuevas situaciones que tendrán un profundo impacto sobre la vida de muchas personas: el Estado autoritario y/o el surgimiento del totalitarismo. Lo que buscaban estos autoritarismos era el dominio mundial a partir de una ideología basada en la necesidad de aniquilación del adversario. Este principio genero una forma nefasta del funcionamiento del Estado que fue el genocidio. Los casos principales fueron la Alemania nazi de Hitler y la Rusia comunista de Stalin.

Contrariamente a lo que se pudo haber pensado,  el avance del conocimiento a través de la Ciencia no fue garantía para afectar al menos el desarrollo de los totalitarismos.  Más bien precisamente parece que fue al revés. Tal es el caso de la propia Alemania, la cual pese a contar con una población culta y la economía industrial más avanzada de Europa, fue la cuna del Holocausto judío.

Fukuyama agrega una distinción entre el totalitarismo de derecha y el de izquierda, indicando que en primero, se da el apego a la tradición, respeto por la religión oficial y la jerarquía social (en términos de privilegios y riqueza individuales). En el caso de los totalitarismos de izquierda intentar establecer "jurisdicción sobre el conjunto de la sociedad, violando valores y hábitos interiorizados". Dicho de otro modo se plantean objetivos de transformación profundos y globales. En los primeros, aunque no lo dice Fukuyama, el propósito es mantener el estado de cosas o el orden social prevaleciente en términos de su verticalidad.

Finalmente y como contraparte en el presente (comienzos de los '90) estaríamos en presencia de una situación de relativo nuevo optimismo por la caída sistemática de los regímenes dictatoriales así como del comunismo. Si implica la posibilidad de retomar la idea de un avance progresivo de la historia.

domingo, 24 de febrero de 2008

Introducción

El texto surge de un artículo "The end of history", para la revista "National Interest" (no 16). La idea central que se propone es que la "democracia liberal" se ha impuesto a cualquier otra forma de gobierno (monarquía, comunismo, fascismo) y que como forma terminal de gobierno conduciría al fin de la historia.

Aclara que la idea de fin de la historia no implica la interpretación literal que le dieron algunos críticos, en el sentido que se acabarían los acontecimientos que permita que se escriba una historia. Constituía en algún sentido una metáfora, y sobretodo estaba basada en las ideas de Hegel y Marx que mucho antes, ciertamente, habían planteado el fin de la historia en la medida que la sociedad alcanzara una forma de gobierno que pudiera satisfacer sus necesidades. Para Hegel era el estado liberal y para Marx, el estado comunista.

Volviendo a la tesis original, resulta que el estado liberal se ha transformado en la principal aspiración política en las diferentes culturas y regiones del planeta.

Una de los argumentos a la base del planteamiento de Fukuyama es la idea de la lucha por el reconocimiento de Hegel.

Su planteamiento es que los seres humanos nos diferenciamos del resto de los animales por tener la necesidad o el deseo de reconocimiento de otros. Por ejemplo es posible que un ser humano deje atrás la satisfacción de otras necesidad más básicas como la alimentación o el abrigo (la conservación), con tal de defender su prestigio.

Agrega que originalmente que dos seres humanos entraran en combate, poniendo en riesgo la vida, para defender la dignidad, dio lugar a la relación de poder entre el amo y el siervo. Esto es, entre aquel que defiende su necesidad de reconocimiento, y el que se doblega para defender su vida o necesidades más primarias. Al no estar atado a la biología Hegel ve en ello el inicio de la libertad humana.

El autor utiliza la descripción que Platón sobre los tres componentes del alma: la emoción o el deseo (que nos induce a buscar cosas) y la razón o el cálculo para llegar a eso deseado. El tercer componente sería el thymos (ánimo o coraje).

El coraje o la necesidad de buscar autoestima. Es como una creencia fundamental en que uno es valioso. Es muy sensible a la injusticia. Es decir, si uno siente que es tratado de manera inferior a lo que uno se merece, uno siente Ira. Por otra parte, cuando se comporta de un modo inferior a lo que uno es por su valía, se siente Vergüenza. Finalmente cuando uno se valora, de acuerdo al sentido de lo que cree que se valora, se siente Orgullo.

Esta descripción es fundamental en el argumento de Hegel y para la tesis de Fukuyama. Estas emociones son fundamentales para la vida política y para que la historia sea un proceso.

La sociedad entonces estableció una distinción fundamental entre Amo y Siervo. Y a su vez genero grupos de Amos y Siervos. Entre aquellos que estaban dispuestos a arriesgar su vida y los que cedían por protegerla.

Esta etapa habría llegado a su fin con la declaración universal de derechos para todos los seres humanos. Igualdad en dignidad y el establecimiento de derechos.

En contraste,  los teóricos de la democracia liberal en países como Estados Unidos y Canadá promovían el derecho de satisfacer las necesidades fundamentales. Dicho de otro modo lo relativo a la dimensión del deseo. Con esto Hegel plantea el fin de la historia.

Agrega el autor que el deseo y la razón pueden explicar el proceso de industrialización y la vida económica pero no la democracia liberal. Pese a todo la economía liberal debería también utilizar formas irracionales de thymos o reconocimiento, como por ejemplo el orgullo por las instituciones de la democracia o por pequeños grupos de afiliación (por razones identitarias) o por "reconocimientos" materiales en el ámbito del trabajo.

En otra parte del texto se plantea una segunda tesis por el autor. Esta es, la participación de la ciencia y de la lógica de la ciencia para el asentamiento de tendencia homogeneizante. La ciencia facilita fundamentalmente dos cosas. Por  una parte mayor poderío militar. En segundo lugar, a través de la tecnología ofrece acumulación ilimitada de riquezas y la satisfacción siempre en aumento de las necesidades humanas. Todos los países que se modernizan, independientemente de sus diferencias culturales son y van a ser más parecidos unos con otros.

El problema que surge en este punto es que la industrialización económica no necesariamente conlleva libertad política. Es decir un estado autoritario, puede y así se ha dado, producir altas tasas de crecimiento económico, pero ciertamente y no en ese caso la democracia liberal.

miércoles, 20 de febrero de 2008