domingo, 24 de febrero de 2008

Introducción

El texto surge de un artículo "The end of history", para la revista "National Interest" (no 16). La idea central que se propone es que la "democracia liberal" se ha impuesto a cualquier otra forma de gobierno (monarquía, comunismo, fascismo) y que como forma terminal de gobierno conduciría al fin de la historia.

Aclara que la idea de fin de la historia no implica la interpretación literal que le dieron algunos críticos, en el sentido que se acabarían los acontecimientos que permita que se escriba una historia. Constituía en algún sentido una metáfora, y sobretodo estaba basada en las ideas de Hegel y Marx que mucho antes, ciertamente, habían planteado el fin de la historia en la medida que la sociedad alcanzara una forma de gobierno que pudiera satisfacer sus necesidades. Para Hegel era el estado liberal y para Marx, el estado comunista.

Volviendo a la tesis original, resulta que el estado liberal se ha transformado en la principal aspiración política en las diferentes culturas y regiones del planeta.

Una de los argumentos a la base del planteamiento de Fukuyama es la idea de la lucha por el reconocimiento de Hegel.

Su planteamiento es que los seres humanos nos diferenciamos del resto de los animales por tener la necesidad o el deseo de reconocimiento de otros. Por ejemplo es posible que un ser humano deje atrás la satisfacción de otras necesidad más básicas como la alimentación o el abrigo (la conservación), con tal de defender su prestigio.

Agrega que originalmente que dos seres humanos entraran en combate, poniendo en riesgo la vida, para defender la dignidad, dio lugar a la relación de poder entre el amo y el siervo. Esto es, entre aquel que defiende su necesidad de reconocimiento, y el que se doblega para defender su vida o necesidades más primarias. Al no estar atado a la biología Hegel ve en ello el inicio de la libertad humana.

El autor utiliza la descripción que Platón sobre los tres componentes del alma: la emoción o el deseo (que nos induce a buscar cosas) y la razón o el cálculo para llegar a eso deseado. El tercer componente sería el thymos (ánimo o coraje).

El coraje o la necesidad de buscar autoestima. Es como una creencia fundamental en que uno es valioso. Es muy sensible a la injusticia. Es decir, si uno siente que es tratado de manera inferior a lo que uno se merece, uno siente Ira. Por otra parte, cuando se comporta de un modo inferior a lo que uno es por su valía, se siente Vergüenza. Finalmente cuando uno se valora, de acuerdo al sentido de lo que cree que se valora, se siente Orgullo.

Esta descripción es fundamental en el argumento de Hegel y para la tesis de Fukuyama. Estas emociones son fundamentales para la vida política y para que la historia sea un proceso.

La sociedad entonces estableció una distinción fundamental entre Amo y Siervo. Y a su vez genero grupos de Amos y Siervos. Entre aquellos que estaban dispuestos a arriesgar su vida y los que cedían por protegerla.

Esta etapa habría llegado a su fin con la declaración universal de derechos para todos los seres humanos. Igualdad en dignidad y el establecimiento de derechos.

En contraste,  los teóricos de la democracia liberal en países como Estados Unidos y Canadá promovían el derecho de satisfacer las necesidades fundamentales. Dicho de otro modo lo relativo a la dimensión del deseo. Con esto Hegel plantea el fin de la historia.

Agrega el autor que el deseo y la razón pueden explicar el proceso de industrialización y la vida económica pero no la democracia liberal. Pese a todo la economía liberal debería también utilizar formas irracionales de thymos o reconocimiento, como por ejemplo el orgullo por las instituciones de la democracia o por pequeños grupos de afiliación (por razones identitarias) o por "reconocimientos" materiales en el ámbito del trabajo.

En otra parte del texto se plantea una segunda tesis por el autor. Esta es, la participación de la ciencia y de la lógica de la ciencia para el asentamiento de tendencia homogeneizante. La ciencia facilita fundamentalmente dos cosas. Por  una parte mayor poderío militar. En segundo lugar, a través de la tecnología ofrece acumulación ilimitada de riquezas y la satisfacción siempre en aumento de las necesidades humanas. Todos los países que se modernizan, independientemente de sus diferencias culturales son y van a ser más parecidos unos con otros.

El problema que surge en este punto es que la industrialización económica no necesariamente conlleva libertad política. Es decir un estado autoritario, puede y así se ha dado, producir altas tasas de crecimiento económico, pero ciertamente y no en ese caso la democracia liberal.

miércoles, 20 de febrero de 2008