jueves, 17 de abril de 2008

En la tierra de la Educación

El autor intenta establecer una correlación entre el desarrollo económico y democracia (entre medio incorporando la educación como consecuencia del desarrollo económico). Preliminarmente da algunos ejemplos en el sentido que el mayor producto interno bruto e ingreso per capita, aumentaba correlativamente la estabilidad en general de un país, en la medida que hay más democracia, lo asocia por tanto con un mayor acceso a una educación superior.

Esta es la misma tesis que por lo demás desarrolla el cientista político Adam Przeworski.

Habrían tres explicaciones que se ofrecerían para establecer la relación entre industrialización y desarrollo de democracia liberal.

Una de ella es de Talcott Parsons y sostiene que la democracia como una universal de la evolución, permite que en la sociedad en la que cada vez surgen mayor cantidad de grupos de interés, en una sociedad democrática es posible entonces su desarrollo y convivencia.

El segundo argumento dice relación con que las dictaduras o gobiernos de partido único degeneran en el tiempo y más rápidamente cuando se enfrentan a la tarea de gobernar una sociedad con una tecnología avanzada.

El argumento más poderoso dice Fukuyama, que relaciona el desarrollo económico con la democracia liberal consiste en afirmar que una industrialización con éxito, produce sociedades de clase media y que las sociedades de clase media exigen participación política e igualdad de derechos. Dice "esta amplia igualdad predispone a la gente a oponerse a sistemas políticos que no les respetan o no les permiten participar con igualdad en la política".

Dentro de este mismo argumento la relación entre educación y democracia liberal se ha señalado con frecuencia y parece ser de importancia decisiva.

El tema de la educación sigue también correlacionado también con el desarrollo de la Ciencia, es decir, en la medida que existan mayores libertades individuales que haya menos control, entonces puede la investigación científica llevarse a cabo de manera más amplia.

El tema de la hipótesis de Talcott Parsons sobre que la democracia la resolución de conflictos en la medida que pudieran dialogar, establecer consensos, etc. Esto estaría en entredicho, ya que tal vez es el mejor ejemplo de desarrollo económico y democracia, ya que la integración con los medios es un tema que probablemente incluso está vigente sobre segregación de los blancos por los negros, lo cual claramente no alcanzó a ser resuelto por la democracia, ni por la industrialización.

El caso de Israel tal vez también podría considerarse por cuanto si bien existe un buen grado de democracia, los temas religiosos superan y a veces entorpecen el flujo de la democracia.

Fukuyama plantea que como una democracia no puede traspasar las dificultades o barreras que imponen las diferencias sociales, los privilegios de las oligarquías, que incluso en la democracia puede estar representada en el parlamento, que cuidará sus intereses, el autor plantea entonces que una dictadura puede orientar al país hacia exigencias económicas, provocando profundas transformaciones, que fomentarán la igualdad.

Agrega que el empleo del poder del Estado puede quebrar el domino de algunos grupos sociales establecidos y esto puede ocurrir tanto en la derecha como en la izquierda. Agrega "el capitalismo florece mejor en una sociedad móvil e igualitaria en la cual una clase empresarial ha hecho a una lado a los terratenientes tradicionales y otros grupos sociales privilegiados y otros grupos sociales pero improductivos.

El autor cita el ejemplo de la dictadura que hubo en Perú entre los años 68 y 80, en la cual, antes de ella el 50% de lasa tierras productivas del país estaban en manos de 700 hacendados pertenecientes a la oligarquía. La dictadura comienza aplicando una reforma agraria muy radical, se dice que es la más radical después de Cuba, sustituyendo a esos viejos oligarcas por una nueva y más moderna élite de industriales y tecnoburócratas que expandieron y aportaron a que hubiera mayor igualdad en el país.

Fukuyama plantea abiertamente que sin un dictadura promueve a una sociedad móvil e igualitaria con una clase media empresarial, haciendo a un lado a los terratenientes y grupos sociales privilegiados, le parece es positivo a que abre caminos hacia la economía de mercado y por lo tanto a niveles más amplios de industrialización.

Más allá de estos enunciados lo que el autor está intentando de demostrar es que la democracia no asegura el desarrollo económica y del mismo modo, no necesariamente el desarrollo económico promueve la democracia. En el sentido que en sociedades complejas y diversas este nivel, esta característica, puede darse hasta un cierto nivel pues hasta un cierto nivel es sostenible la democracia pero cuando es demasiado diversa y compleja, la democracia pasa a ser un problema.

Habría un otro argumento que señalaría que la democracia surge por la derivación de la lucha de poder de las élites. De las élites no democráticas, ya sea de izquierda o de derecha. Sería una especie de solución intermedia para que ante la imposibilidad que uno de estos polos o una de estas élites pueda alcanzar el control total. Ahora Fukuyama plantea una crítica precisamente a este segundo argumento dentro de todo es capítulo ya sea que una de las partes literalmente no cree en la democracia, puede que finalmente no sea esto lo que prevalezca. Es decir que no sólo por el hecho que se den disputas es que a partir de allí puedan sembrarse los caminos de la democracia.

El tercer argumento que el autor discute y critica es el que plantea que en la medida que la industrialización va formando una clase media educada, a su vez generan ciudadanos que exigen derechos liberales y participación democrática. Sin embargo esto también sería relativo ya que no necesariamente habría una conexión en ello. Fukuyama siempre vuelve al tema del autoritarismo orientado al mercado. En realidad no cree mucho en la democracia. Señala por ejemplo que jóvenes que iban a estudiar a Estados Unidos creyendo muy fuertemente en el comunismo o en el fascismo como la ola del futuro en las sociedad modernas, eso también estaría asociado a la educación. Tal desde este argumento uno podría pensar en el peso que finalmente tiene el peso de la norma subjetiva y cómo es que lo planteó tempranamente Lazarsfeld, las creencias políticas son difíciles de cambiar, y finalmente la posición laboral, social y económica, muchas veces lleva a estos jóvenes con ideas nuevas de cambio a adaptarse a los viejos esquemas que siempre hayan prevalecido por una élite para la mantención de las diferencias sociales.

El autor plantea una especie de sobrevaloración de la alternativa democrática, al caso incluso que da como ejemplo la dictadura de Pinochet en Chile. De hecho plantea que finalmente la democracia en norteamérica no ha demostrado en los años recientes un alto grado de funcionalidad económica. En el sentido que un régimen democrático debería reflejar las aspiraciones de los distintos grupos de interés en la sociedad, tienden a gastar más en bienestar, a dar desincentivos a la producción, a proteger industrias fracasadas, a mantener grandes déficit presupuestarios y a aumentar la inflación. Piensa entonces en un régimen autoritario, pero orientado al mercado.

Agrega: "los autoritarios orientados hacia el mercado tienen lo mejor de ambos mundos, pueden imponer un grado relativamente elevado de disciplina social, permitiendo al mismo un grado suficiente de libertad para aumentar la innovación y el empleo de las tecnologías más modernas". Por lo menos en esta parte final del capítulo, Fukuyama dice que efectivamente hay una relación entre desarrollo económico y democracia liberal, pero que la relación, dados los argumentos y contraargumentos planteados parece que es más complicada y que habría que buscar entonces en otras partes la crisis del autoritarismo y la evolución democrática mundial.

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